Hola a todos, me llamo Daniel y soy uno de los 75 becados por las fundaciones Barrié y Amancio Ortega para cursar un año académico en los Estados Unidos.
Este blog está destinado a compartir todas mis experiencias vividas día a día al otro lado del charco.

"Espero que os guste y que disfrutéis como si lo vivierais vosotros mismos "

domingo, 3 de abril de 2016

Welcome to the Windy City!

Uno de mis sueños desde que estoy en Estados Unidos es ir a la ciudad de Chicago, y el pasado fin de semana, mi sueño se hizo realidad. Sin duda gracias a la Familia Zepeda (tienen apellidos mexicanos pero no tienen ni idea de español) Linda, la madre que fue la que me invitó, y los dos hijos, Isaac y Mercedes. Y así es como fue:
Me levanté a las 7 de la mañana, desayuné rápido  y esperé unos 10 minutos a que la familia Zepeda me recogiera con el coche.
El coche estaba más que preparado: mantas, almohadas, snacks, bebidas... para aguantar las más de cinco horas de viaje (un viaje cortito según los americanos).
No tardamos más de cinco minutos en hacer la primera parada, en County Market. Para mi sorpresa, pararon allí para comprar sprays de pimienta... en ese momento dudé si me iba a Chicago o al Bronx. 
Sin hacer ningún comentario, volvimos al coche y embarcamos rumbo a Chicago, la ciudad del Viento.

Ahora sí, la primera parada de verdad la hicimos a medio camino, llevabamos 2 horas y media en el coche. Fue una parada rápida, ir al baño, correr un poco y vuelta al coche.
Llevabamos 4 horas y media de viaje y por fin llegamos al Estado vecino, Illinois. Una vez pasada la zona de peajes, paramos de nuevo en el puesto oficial de información de Illinois para coger algunos folletos, un mapa e ir de vuelta al baño.



La travesía continuaba, y nuestro destino cada vez más cerca. Entramos en las afueras de la ciudad de Chicago, donde se concentran los mejores barrios con las mejores casas. Pero aún nos quedaba otra hora más de coche para ir de las afueras al Downtown de la ciudad.
Tras 6 horas de viaje en coche, empezamos a divisar a lo lejos todos los rascacielos. Habíamos llegado:

¡Chicago, allá vamos!









Rascacielos de Donald Trump






Una vez dejado nuestras maletas, nos fuimos a comer a un restaurante temático, que parece que comes en medio de la jungla.






Esto fue lo que comí
La comida era estilo Hawaiana

Una vez terminado de comer, salimos del sitio, y empezó a diluviar. Tuvimos que volvernos al hotel.



El resto de la noche la pasamos bañándonos en la piscina

A la mañana siguente nos levantamos bien pronto para aprovechar todo el día. Bajamos a desayunar al Starbucks del hotel y nos preparamos para salir.
Mi favorito
Frappuccino con miel caramelizada





Gracias por la beca Tito Amancio




Cuando vas caminando por Chicago, es cuando de verdad te das cuenta de por qué la llaman la ciudad del viento. La mayor parte del tiempo es una brisa fría e incómoda que siempre está ahí. Otras veces son ventiscas fuertes que te tiran. 


Una vez visitados varios puntos emplemáticos de la ciudad, nos fuimos de compras. Primera parada: el segundo Macy's más grande de Estados Unidos.
En Macy's, de casualidad, tuve el privilegio de conocer a un McDonald's All American, es decir, uno de los mejores jugadores de baloncesto de instituto de los Estados Unidos. Alterique fue muy majo conmigo e incluso quiso intercambiar algunas redes sociales. De lo único que me arrepiento es de no haberme sacado una foto con el...

Visita a la tienda de Lego




Tienda de Under Armour



Visita al palacio de la pimienta




Isaac y yo nos atrevimos a tomar un poquito (y con un poquito no me refiero a más de una gota pequeña) de salsa de guindilla fantasma... pensé que nos moríamos en el acto. Me empezó a entrar un calor en el cuerpo y notaba como la lengua me ardía y la garganta se me iba cerrando. Mientras tanto, la dependienta se meaba de la risa con nosotros. Tras unos minutos de recuperación, conseguimos salir de la tienda, y afortunadamente salimos riendo.





También teníamos ganas de dulce así que nos fuimos a la tienda de Hersheys. Lo mejor es que toda la tienda olía a chocolate.






Terminó la sesión de compras y abrió el sol, momento perfecto para sacar más fotos.




Después de comer, nos encontramos con el primo de los Zepeda, que vive en Chicago, y nos fuimos en coche a su barrio para visitar a toda la famila.







"The L" metro de Chicago




Nos fuimos del barrio al anochecer y volvimos agotados al hotel. Cenamos un poco, estuvimos bastante tiempo en la piscina y nos sacamos un par de fotos por la noche. Después, a la cama a descansar que mañana sería un día ajetreado.

Último día en Chicago:

Para el último día teníamos muy poco tiempo. Había que considerar que el viaje de vuelta eran 6 horas, y que el día siguiente teníamos clases así que como muy tarde sólo nos podíamos quedar hasta las 4 o 5 de la tarde.
Nuestra primera visita fue a la torre Willis, un icono de la ciudad. Actualmente es el segundo edificio más alto de Estados Unidos.
Willis Tower


La espera para ir al observatorio se hace un poco larga (es como si fueras al Empire State de Nueva York) pero finalmente conseguimos llegar.
103 pisos en escasos 60 segundos:













Fallo de la cámara del movil, se ve el paisaje pero no se me ve a mi...






Desde lo alto se pueden ver hasta cuatro Estados distintos: Illinois, Michigan, Indiana y Wisconsin.






Otro fallo de la cámara, ahora se me ve a mí pero no el paisaje

Una de las cosas más famosas del observatorio es el SkyDeck. Un conjunto de paneles de cristal que te dejan "flotando"  y parece que estás caminando por el aire.










Como siempre, para salir del edificio hay que pasar por la tienda de souvenirs, y no podía faltar una foto con el sombrero de Al Capone.

Parece que las alturas agotan y necesitábamos comer algo. Lo mejor para saciar el apetito sin duda un perrito caliente estilo Chicago y una piruleta.


 Después del snack no podíamos perder nada de tiempo y volvimos al Downtown para seguir visitando los lugares más famosos de la ciudad.




Uno de los lugares obligados a visita aquí en Chicago es Millennium Park. Allí visitamos la famosa "The Crown Fountain" lo malo es que el chorro de agua solo esta operativo en verano, o la famosa "The Bean" icono de la ciudad del viento.


Foto de la fuente en verano

























Tocaba hora de marchar y nos encontramos con el restaurante " Bye Bye Chicago"
El tiempo había llegado a su fin y teníamos que coger el coche y marcharnos directos a Medford.
El viaje de vuelta se hizo relativamente corto, fuimos los tres durmiendo casi todo el rato. Pero eso sí, a una hora de llegar, y cuando el hambre más aprieta, tuvimos que hacer una parada obligada: el mejor restaurante del mundo, Texas Roadhouse.



Y aquí termina este viaje tan esperado, no sé si volveré o será la última vez que vaya a Chicago. De todos modos, me ha encantado y no lo olvidaré.




Un Becario por América